"Victoria y Abdul" (Victoria and Abdul, Reino Unido, Estados Unidos, 2017). Dirección: Stephen Frears. Guión: Lee Hall (basado en la novela de Shrabani Basu). Protagonistas: Judi Dench, Ali Fazal, Eddie Izzard, Paul Higgins, Michael Gambon. Duración: 111 minutos.
"Victoria y Abdul" es el título de la nueva película del británico Stephen Frears, protagonizada por Judy Dench, quien vuelve a interpretar a la reina Victoria, veinte años después de "Su Majestad, Mrs Brown" (Mrs Brown, John Madden, 2007) y el actor hindú en ascenso Ali Fazal como Abdul Karim. Completan el elenco Eddie Izzard como el príncipe de Gales, Paul Higgins como el Doctor Reid y Michael Gambon como el Primer Ministro Lord Salisbury.
La película sabe generar momentos de humor basados en las situaciones incómodas que provoca el choque de culturas, y la crisis que implica en el orden establecido. Porque entre otras cosas la Reina Victoria era la máxima autoridad de la Iglesia Anglicana, y no estaba bien visto que decidiera tener un "Munshy", consejero espiritual de religión musulmana. Y como no podía ser de otra manera, esta serie de situaciones incómodas traen como consecuencia un final trágico, al que se llega de una forma consecuente con la narración.
El punto más fuerte es haber elegido a Judy Dench, quien ganó un premio Oscar como mejor actriz de reparto por interpretar a la reina Isabel I en "Sakespeare apasionado" (Shakespeare in love, John Madden, 1998) para que vuelva a encarnar a la Reina Victoria, porque es su actuación la que sostiene a la película. No solo por tener la edad perfecta para interpretar al personaje y un natural
acento británico, sino porque además sabe transmitir la crisis que atraviesa por su edad avanzada y por el constante cuestionamiento de sus acciones por parte del resto de la corte, que repercuten en el Imperio Británico que ella gobierna.
También vale la pena destacar el diseño de vestuario, a cargo de Consolata Boyle, quien sabe acentuar el ridículo de la vestimenta de estos servidores hindúes diseñada desde la perspectiva inglesa, o el desconcierto de éstos frente al velo que cubre totalmente la cara de la esposa de Alí. A esto hay que sumarle también el muy buen trabajo de Thomas Newman en la música, al combinar los estilos propios de cada lugar en una partitura de enorme belleza.
En conclusión, Stephen Frears vuelve a contarnos una historia sobre una monarca en crisis; ya lo había hecho con una Isabel II a cargo de Helen Mirren en "La reina" (The Queen, 2006). Pero aquí se permite utilizar el típico humor inglés, haciendo que resulte agradable y entretenida.
"Victoria y Abdul" es el título de la nueva película del británico Stephen Frears, protagonizada por Judy Dench, quien vuelve a interpretar a la reina Victoria, veinte años después de "Su Majestad, Mrs Brown" (Mrs Brown, John Madden, 2007) y el actor hindú en ascenso Ali Fazal como Abdul Karim. Completan el elenco Eddie Izzard como el príncipe de Gales, Paul Higgins como el Doctor Reid y Michael Gambon como el Primer Ministro Lord Salisbury.
La película sabe generar momentos de humor basados en las situaciones incómodas que provoca el choque de culturas, y la crisis que implica en el orden establecido. Porque entre otras cosas la Reina Victoria era la máxima autoridad de la Iglesia Anglicana, y no estaba bien visto que decidiera tener un "Munshy", consejero espiritual de religión musulmana. Y como no podía ser de otra manera, esta serie de situaciones incómodas traen como consecuencia un final trágico, al que se llega de una forma consecuente con la narración.
El punto más fuerte es haber elegido a Judy Dench, quien ganó un premio Oscar como mejor actriz de reparto por interpretar a la reina Isabel I en "Sakespeare apasionado" (Shakespeare in love, John Madden, 1998) para que vuelva a encarnar a la Reina Victoria, porque es su actuación la que sostiene a la película. No solo por tener la edad perfecta para interpretar al personaje y un natural
acento británico, sino porque además sabe transmitir la crisis que atraviesa por su edad avanzada y por el constante cuestionamiento de sus acciones por parte del resto de la corte, que repercuten en el Imperio Británico que ella gobierna.
También vale la pena destacar el diseño de vestuario, a cargo de Consolata Boyle, quien sabe acentuar el ridículo de la vestimenta de estos servidores hindúes diseñada desde la perspectiva inglesa, o el desconcierto de éstos frente al velo que cubre totalmente la cara de la esposa de Alí. A esto hay que sumarle también el muy buen trabajo de Thomas Newman en la música, al combinar los estilos propios de cada lugar en una partitura de enorme belleza.
En conclusión, Stephen Frears vuelve a contarnos una historia sobre una monarca en crisis; ya lo había hecho con una Isabel II a cargo de Helen Mirren en "La reina" (The Queen, 2006). Pero aquí se permite utilizar el típico humor inglés, haciendo que resulte agradable y entretenida.
PATRICIO FERRO
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