"La cordillera" (Argentina, Francia,
España 2017). Dirección: Santiago Mitre. Guión: Santiago Mitre y Mariano
Llinás. Protagonistas: Ricardo Darín, Dolores Fonzi, GerardoRomano, Erica
Rivas, Elena Amaya, Daniel Giménez Cacho, Alfredo Castro, Paulina Garcia y
Christian Slater. Duración: 114 minutos.
"La cordillera" es la tercera
película de Santiago Mitre, protagonizada por Ricardo Darín, quien interpreta a
Hernán Blanco, presidente de la República Argentina. Lo acompaña un elenco de
actores de diversas nacionalidades entre los que se encuentran los argentinos
Dolores Fonzi, Gerardo Romano y Erica Rivas, la española Elena Amaya, el
mexicano Daniel Giménez Cacho, los chilenos Alfredo Castro y Paulina García y
el estadounidense Christian Slater.
La
historia, escrita por su director junto con Mariano Llinás, se centra en Hernán
Blanco, presidente argentino ficticio recientemente elegido, quien asiste a una
reunión cumbre energética de diferentes países latinoamericanos, que se lleva a
cabo en un hotel de lujo en Chile, y cuya imagen de hombre común resulta
desconcertante para el resto de los presidentes. Y al mismo tiempo, deberá
atender a Marina, su hija, recientemente separada e inestable psicológicamente.
Estas dos tramas, política y familiar, se alternan sin juntarse en el clímax
final, lo que yo considero un error, porque divide la película en dos y queda
una primera subtrama con un muy buen cierre y una segunda que recurre al "deus ex machina".
Santiago
Mitre tiene a su favor que sabe cómo generar climas de tensión en escenas que
parecen influenciadas por Roman Polanski, a las que se agradece la música de
Alberto Iglesias y la fotografía de Javier Julia, pero que en lugar de ser
rematadas con acciones contundentes que produzcan alivio, cambia de tema, utilizando
como excusa la ajetreada agenda presidencial. Por eso se agradece que, a mitad
de la película, exista a modo de recreo esta escena en la que conocemos un poco
de la intimidad de la relación padre-hija, mostrándonos el costado humano de
este personaje desconcertante también para nosotros espectadores.
Respecto
del elenco vale la pena destacar la verosimilitud que le imprime cada actor a
su papel, lo que por supuesto se ve reforzado por elegir a un actor de cada
nacionalidad para interpretarlo. Pero quienes más se lucen son Gerardo Romano,
como el ambicioso jefe de gabinete, Erica Rivas como la fiel y eficiente
secretaria y Daniel Giménez Cacho, que en su papel de presidente de México
y comic relief, con una
personalidad impulsiva busca desestructurar este ambiente regido por un
estricto protocolo.
En
conclusión, "La
cordillera" es una película compuesta por muy buenas partes, que
no terminan de resultar dentro de un todo porque no se unen en una historia que
abarca demasiados temas por separado. Pero se agradece también que no baje
línea de forma agresiva, manteniendo oculto el partido político al que
pertenece este presidente, para llegar así a un público más amplio.
PATRICIO FERRO
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