"Deadpool 2" (Estados Unidos, 2016). Dirección: David Leitch. Guion: Rhet Reese, Paul Wernick y Ryan Reynolds, basados en los personajes de Marvel Comics. Protagonistas: Ryan Reynolds, Josh Brolin, Morena Baccarin, T. J, Miller, Zazie Beets, Julian Dennison y Bill Skargard. Duracion: 119 minutos.
"Deadpool 2" es la secuela de "Deadpool" (Tim Miller, 2016), basada en el personaje de Marvel Comics. Ryan Reynolds vuelve a interpretar a este mercenario enmascarado. Quien se encuentra a cargo de la dirección, en este caso es David Leitch, un doble de riesgo que está comenzando una carrera interesante en el cine de acción. El reparto lo completan Josh Brolin como el soldado futurista Cable, Morena Baccarin, T. J, Miller, Zazie Beets, Julian Dennison y Bill Skargard, entre otros.
La historia, con un guión a cargo de la dupla que escribió la película original y Ryan Reynolds, cuenta como Deadpool debe detener a Cable, un soldado que viene desde el futuro para asesinar a un adolescente mutante que dispara fuego de sus manos, con la ayuda de un grupo de mercenarios como él, al que llama "X Force". La extrema seriedad de Cable, un soldado que sufrió las consecuencias de una guerra del futuro, sirve como el contrapunto perfecto para el histrionismo de Reynolds, y hace avanzar la historia, generando un interesante giro en la trama que aleja a la película de caer en una serie de escenas que sirvan como excusa para que se luzca su protagonista, algo que resulta muy
difícil después de una parodia a los créditos con que empiezan las películas de James Bond. En ambos casos, el trabajo de maquillaje es excelente, porque muestra en el cuerpo de ambos los sufrimientos que atravesaron en el pasado, y las decisiones que tomaron al respecto.
Desde la primera toma, en la que se ve un primer plano de Wade Wilson con su máscara levantada y un cigarrillo en la boca, queda claro que Deadpool busca romper con el estereotipo del superhéroe clásico, y se burla de este, por ejemplo cuando califica de "virgenes" a los X-Men. Porque el personaje está basado en un cómic dirigido a un público adulto, y por eso la violencia es mucho más explícita, se pueden decir malas palabras y hasta dar a entender, en un gag de humor negrísimo, que el protagonista consume cocaína. Otros recursos a los que se recurre, al igual que en su predecesora, es el de romper la cuarta pared, con su protagonista haciéndole comentarios irónicos al público sobre lo que ocurre a modo de nota al pie, utilizar la cámara lenta en escenas de violencia y musicalizar éstas con canciones completamente opuestas a lo esperado, como la canción "Tomorrow" de la comedia musical "Annie" (John Houston, 1982).
En el caso de David Leitch, su experiencia en el género hace que tenga muy claro cómo filmar escenas de acción, haciendo que se vean espectaculares y generen adrenalina en los espectadores, tanto por las peleas cuerpo a cuerpo como con las situaciones riesgosas. Para lograr esto también es importante el gran trabajo de fotografía, a cargo de Jonathan Sela, en las que se destaca el uso de los planos secuencia para estas, así como también el montaje, que permite que aunque no lo parezca, hace que gran parte de las escenas más violentas las construyamos en nuestra cabeza.
En conclusión, como es lógico "Deadpool 2" carece del factor sorpresa de su primera película, pero no se limita a ser una obra pensada únicamente para el lucimiento de su protagonista, sino que cuenta una historia de crisis y redención. Pero siendo fiel, desde su argumento y su puesta en escena, al estilo irreverente que la caracteriza.
"Deadpool 2" es la secuela de "Deadpool" (Tim Miller, 2016), basada en el personaje de Marvel Comics. Ryan Reynolds vuelve a interpretar a este mercenario enmascarado. Quien se encuentra a cargo de la dirección, en este caso es David Leitch, un doble de riesgo que está comenzando una carrera interesante en el cine de acción. El reparto lo completan Josh Brolin como el soldado futurista Cable, Morena Baccarin, T. J, Miller, Zazie Beets, Julian Dennison y Bill Skargard, entre otros.
La historia, con un guión a cargo de la dupla que escribió la película original y Ryan Reynolds, cuenta como Deadpool debe detener a Cable, un soldado que viene desde el futuro para asesinar a un adolescente mutante que dispara fuego de sus manos, con la ayuda de un grupo de mercenarios como él, al que llama "X Force". La extrema seriedad de Cable, un soldado que sufrió las consecuencias de una guerra del futuro, sirve como el contrapunto perfecto para el histrionismo de Reynolds, y hace avanzar la historia, generando un interesante giro en la trama que aleja a la película de caer en una serie de escenas que sirvan como excusa para que se luzca su protagonista, algo que resulta muy
difícil después de una parodia a los créditos con que empiezan las películas de James Bond. En ambos casos, el trabajo de maquillaje es excelente, porque muestra en el cuerpo de ambos los sufrimientos que atravesaron en el pasado, y las decisiones que tomaron al respecto.
Desde la primera toma, en la que se ve un primer plano de Wade Wilson con su máscara levantada y un cigarrillo en la boca, queda claro que Deadpool busca romper con el estereotipo del superhéroe clásico, y se burla de este, por ejemplo cuando califica de "virgenes" a los X-Men. Porque el personaje está basado en un cómic dirigido a un público adulto, y por eso la violencia es mucho más explícita, se pueden decir malas palabras y hasta dar a entender, en un gag de humor negrísimo, que el protagonista consume cocaína. Otros recursos a los que se recurre, al igual que en su predecesora, es el de romper la cuarta pared, con su protagonista haciéndole comentarios irónicos al público sobre lo que ocurre a modo de nota al pie, utilizar la cámara lenta en escenas de violencia y musicalizar éstas con canciones completamente opuestas a lo esperado, como la canción "Tomorrow" de la comedia musical "Annie" (John Houston, 1982).
En el caso de David Leitch, su experiencia en el género hace que tenga muy claro cómo filmar escenas de acción, haciendo que se vean espectaculares y generen adrenalina en los espectadores, tanto por las peleas cuerpo a cuerpo como con las situaciones riesgosas. Para lograr esto también es importante el gran trabajo de fotografía, a cargo de Jonathan Sela, en las que se destaca el uso de los planos secuencia para estas, así como también el montaje, que permite que aunque no lo parezca, hace que gran parte de las escenas más violentas las construyamos en nuestra cabeza.
En conclusión, como es lógico "Deadpool 2" carece del factor sorpresa de su primera película, pero no se limita a ser una obra pensada únicamente para el lucimiento de su protagonista, sino que cuenta una historia de crisis y redención. Pero siendo fiel, desde su argumento y su puesta en escena, al estilo irreverente que la caracteriza.
PATRICIO FERRO
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