"Mi obra maestra" (Argentina, España, 2018).
Dirección: Gastón Duprat. Guion: Gastón Duprat. Protagonistas: Luis
Brandoni, Guilermo Francella, Raúl Arevalo, Maria Soldi y Andrea Frigerio.
Duración: 100 minutos.
"Mi obra maestra" es el título de la primera película en
solitario de Gastón Duprat; su compañero habitual Mariano Cohn acá cumple la
función de productor. Sus protagonistas son Luis Brandoni y Guillermo Francella,
y el elenco lo completan el actor español Raúl Arévalo, la actriz con una carrera
ascendente María Soldi, y Andrea Frigerio como una galerista de arte de nivel
internacional.
La película, basada en un guion escrito también por Gastón Duprat,
cuenta la historia de dos personajes opuestos y complementarios. Por un lado
está Arturo Silva (Francella), un sofisticado marchand de arte, y por el otro está su cliente Renzo Nervi
(Brandoni), un artista plástico huraño que tuvo un pasado glorioso y ahora se
encuentra en decadencia. Pero luego de un accidente de auto la carrera de Renzo
revive gracias a una idea moralmente cuestionable de Arturo que pone en jaque
al mundo del comercio de arte.
La película, contada a modo de racconto,
tiene una estructura clásica, narrada en tres actos, diferenciados claramente
por sus respectivos puntos de giro, que llevan a un clímax, momento de mayor
tensión, y a una conclusión. El problema, a mi parecer, es que el primer acto
ocupa más tiempo del necesario, haciendo que el tercero, y el más interesante,
resulte demasiado corto, desaprovechando varias situaciones del humor negro que
tan bien supo contar en "El
ciudadano ilustre" (Mariano
Cohn y Gastón Duprat, 2016). Porque hace bien en confiar en la química que
existe entre los dos protagonistas, pero para mí Duprat tendría que haber
confiado más en la trama, y sin querer la termina ralentizando.
Un párrafo aparte merecen las grandes actuaciones de la pareja
protagónica, y el acierto de hacer lo contrario a lo que se esperaba y mostrar
a un Brandoni explosivo y un Francella contenido. Porque el primero es el mejor
puteador del cine argentino, que sabe pasar de la tranquilidad a la furia sin
un punto intermedio. Y los mejores momentos cómicos del segundo fueron cuando
intentó contenerse frente a personajes que lo sacan de quicio, como fue el gran
Pepe Argento en la serie televisiva "Casados
con hijos" (2005, 2006).
Desde el punto de vista técnico vale la pena destacar la
fotografía, a cargo de Rodrigo Pulpeiro que, como en "El niño pez" (Lucía Puenzo, 2009), logra momentos
de una plasticidad asombrosa con momentos cotidianos como es mostrar a Renzo
mirando por la ventanilla de un auto en movimiento. Este es un gran avance en
la obra de este director, ya que la desprolijidad de su fotografía era un punto
que le jugaba en contra a sus películas anteriores. Y la música minimalista de
Alejandro y Emilio Kauderer aporta muchísimo también a lograr que la puesta en
escena se adecue a la temática del relato.
En conclusión, "Mi
obra maestra" es una película que logra adecuar la puesta en escena a
su temática, y eso es un gran punto a favor, que se suma al estar protagonizada
por dos actores con mucho oficio para la comedia, como son Luis Brandoni y
Guillermo Francella. Pero el problema más grave es que confía más en ellos que
en la ingeniosa trama, haciendo recaer en ellos todo el peso de la obra, lo que hace que termine resultando una película agradable
y no la obra maestra de la que habla su título.
PATRICIO FERRO
Comentarios
Publicar un comentario